Son las pequeñas
grandes cosas de Sevilla. Las que hacen entrañable a esta ciudad.
Quiero contarles a ustedes lo que a mí me ha sucedido, como cantaba
Concha Piquer sobre su Nochebuena en Nueva York, pero referido a la
Cuaresma en Sevilla. Me llamó al ABC toda angustiada doña Rosario Ruiz,
dueña de la tienda El Rincón del Nazareno de la Puerta Carmona. Dijo en
la secretaría de Redacción que tenía urgencia en hablar conmigo y dejó
su teléfono para que la llamase. Desde ABC, el muy eficiente Francisco
Chozas me pasó el mensaje a casa, por correo electrónico. Y llamé a la
señora, a ver de qué se trataba. Y con el "no hay derecho" por delante,
que son los alguacilillos que abren el paseíllo de la indignación
vecinal, doña Rosario me explicó la tropelía municipal que habían
cometido no sólo con ella, sino con Sevilla y sus tradiciones.
Con
su pancarta de "Capirotes", El Rincón del Nazareno de la Puerta Carmona
es cada año el mejor pregonero de la Semana Santa. En cuantito la luz
invernal cambia y vuelve a su sevillana luminosa condición, y se
empiezan ya a oír pájaros piando en los árboles al atardecer, y a
barruntar los días del gozo, en la Puerta Carmona ponen el tradicional
anuncio de la Semana Santa. Pasada la esquina de la calle Mosqueta
(donde bajo el letrero de "Pollos Fritos" aún puede verse incrustada en
su muro una granada de cuando Espartero bombardeó Sevilla en 1843), de
fachada a fachada de la calle San Esteban, Rosario Ruiz pone desde hace
muchos años su pregón visual: la muy tradicional, ilustre, antigua y
fervorosa pancarta de "Capirotes". Para mí que esta pancarta la pintó
antes de morirse el anterior tradicional anuncio de los días del gozo:
el nazareno con túnica de capa y antifaz de terciopelo morado que cada
Cuaresma ponía en su balcón de la calle Alvarez Quintero la tienda Al
Siglo Sevillano.
No sé si a estas horas está ya desplegada de
nuevo la pancarta en su sitio, que como tal heraldo de los días del gozo
abre el libro "Sevilla, Memoria Gráfica" de Alvaro Pastor Torres, con
la foto de Jesús Martín Cartaya. Porque, asómbrense e indígnense, la
Guardia Municipal le había obligado a doña Rosario Ruiz a retirar la
pancarta de los capirotes. De ahí que me llamase angustiada, para que
denunciara desde aquí la tropelía. Pero hice algo mejor. Le transmití la
indignación de doña Rosario (a la que añadí la mía personal) a don
Gregorio Serrano, concejal delegado de Fiestas, rogándole que dieran
contraorden para que no se acabara con esta tradición de la Cuaresma,
que es como quitar el letrero de "Hoy es Vigilia" en Ochoa. Y no sólo
han dado vía libre para que la Pancarta de la Cuaresma vuelva a ondear
victoriosa sobre el humo de los pollos fritos de la Puerta Carmona, sino
que Gregorio Serrano llamó personalmente a esta señora para enterarse
del problema y solucionarlo: los municipales se habían presentado y le
habían ordenado retirar la pancarta. Por una sola vez y sin que sirva de
precedente, la orden no era de Urbanismo. ¿De quién entonces? Ah,
misterios insondables de la burocrática e inflexible maquinaria
municipal. El caso es que, enterado el alcalde, Zoido en persona fue
ayer de mañana a ver a la señora en su Rincón del Nazareno para darle
explicaciones y animarla a continuar con la sevillana tradición. Supongo
que la pancarta ya está de nuevo desplegada con todo su esplendor y
gloria.
Moraleja: que hay pancartas y pancartas. Aquí puedes
salir con una pancarta insultando al Rey, que No Passsa Nada. Pero una
pancarta que ponga "Capirotes" hasta pueden decir que va contra el
Estado Laico. El problema de la pancarta de la Puerta Carmona es que
ponía "Capirotes" en vez de "No a los recortes". Enseguía la iban a
mandar quitar los guardias de la mascarilla si llega a poner "No a los
recortes"...
Artículo publicado en el periódico ABC y recogido de www.antonioburgos.com por gentileza de Antonio Burgos